"¡Oh yo mismo! ¡Oh vida! de todas las preguntas, de todas las respuestas, De todas las contemplaciones del universo, ¿qué hay de bueno? ¡Oh yo mismo! ¡Oh vida! La respuesta es que eres aquí, que la vida existe y la identidad, que el poderoso espectáculo continúa, y que puedes contribuir con un verso."
Otro poeta que celebra la vida es Emily Dickinson, cuyo poema "Porque no podía detener la muerte" explora la idea de que la vida es preciosa porque es temporal. Dickinson ve la vida como una experiencia intensa y emotiva que debe ser apreciada mientras dura:"Porque no podía detener la Muerte el Carro fúnebre pasó por mi lado con Sigilo pude ver sólo su borla, sabía que iba la Muerte ya habría ganado, quizás, avanzar un poco más tarde. La pequeñez de mi Vida Humana no se opuso a su Vuelo; solamente me detuve a beber y dejé pasar el Carro fúnebre."
"Ser o no ser, esa es la cuestión: ¿cuál es más digna acción del ánimo, la de sufrir pacientemente golpes y dardos de la adversa fortuna, o la de armarse contra un mar de penas y dar fin a ellas con valerosa resistencia?"
Este poema explora las opciones que tenemos ante la muerte, ya sea aceptarla o resistirnos a ella. Otro poeta que ha explorado la muerte en sus poemas es John Keats, cuyo poema "Cuando pienso en la muerte" reflexiona sobre la naturaleza de la mortalidad. Keats ve la muerte como un proceso natural que nos lleva a un estado de serenidad y paz:"Cuando pienso en la muerte, pienso en los pinos en lo que significa el viento en la desnudez de los árboles. Quiero decir, esto: que la muerte no es fuerte. Veo a los niños jugando en la sombra de un árbol, y al mismo tiempo estamos tristes, aunque no es la muerte -es la vida-" En este poema, Keats sugiere que la muerte es parte de la vida, y que debemos aceptarla como tal.